miércoles, 15 de diciembre de 2010

En la biblioteca


Llora, llora, que te llora
escalofríos de soledad
recorren mi columna vertebral
apabullante estrés
libre ha de ser.

No encuentro otra manera
llorar en silencio
no es la solución
pero si algo consigue
soltarla sin nadie molestar.

Que triste siento aquí sentado
sin un te quiero cerca mio
tan solo una caricia bastaría,
para dejar pasar lo que tengo,
en mi cabeza y sin embargo
aquí estoy escribiendo
en una biblioteca cualquiera
un día cualquiera
en un momento cualquiera.

Seria fácil pedir un abrazo,
pero pedir cariño es dejar
de ser yo mismo.

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