
Aunque con las personalidades a veces pasa que cambia, está perfecto, a gusto de consumidor y sin venir a cuento o por razones de la realidad que se escapan a mi entendimiento, esa personalidad vuelve a su estado anterior... en teoría, a su estado de naturaliza verdadera, pero si te fijas bien, observas que no es la misma. Una personalidad no puede cambiarse por otra sin tener efectos secundarios.
Moraleja: Da igual lo que quieras aparenta ser, detrás de ese disfraz sigues siendo tú, pero cuando quieras quitártelo, algunas partes se quedaran adheridas para ti, para siempre.
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