Añoro tu alma, tu pelo, tu voz,
cabalga la parca con su hoz
por el túnel de vida y de amor,
hasta la muerte de tu corazón.
Añoro tu mirada, tus labios,
el tiempo fluye temerario
por perderse en el infinito,
componiendo en el olvido.
Añoro tu sonrisa y tu tesón
indago, rastreo, persigo feroz
un sustituto de emociones
inmunizando a la nostalgia.
Añoro infinidad de momentos,
ahora este sentimiento
no desaparecerá de mi alma
ni con la extinción de mi llama.
Añoro infinidad de momentos,
ahora este sentimiento
no desaparecerá de mi alma
ni con la extinción de mi llama.